CUANDO EL PROTAGONISTA ES EL COLOR
Por Xiorela Quintero
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Queda claro que todo parece más sencillo desde nuestra zona de confort, cuando no conocemos o manejamos un tema en específico, usualmente buscamos aplicar lo standard, ya que lo común parece ser mas simple y nos evita mayores complicaciones. Esto sucede en casi todos los contextos de la vida, siendo importante y muchas veces esencial atrevernos a salir de ese esquema habitual un tanto aburrido.
Asimismo ocurre en el manejo del color aplicado en nuestros ambientes internos, casa, oficina, local comercial, esos espacios donde pasamos la mayor parte de nuestra vida y que muchas veces son el resultado de una paleta neutra generalizada (blanco/beige en el mejor de los casos) aplicada en todas las paredes existentes y una mezcla de colores en muebles y accesorios que sin planificación alguna fueron llegando al azar, sin previo aviso, creando ambientes con una especie de expresión fortuita, algunos desaciertos y una sensación confusa sin propósito claro o definido.
Es por ello que hoy quiero resaltar un punto clave en el diseño de interiores, la importancia del estudio previo del color y su aplicación en los espacios donde habitamos. Cabe destacar que el color de paredes y del mobiliario es capaz de influir de forma directa en la manera como percibimos y nos sentirnos dentro de un ambiente determinado. Esta percepción visual es tan fuerte que inclusive logra alterar el comportamiento y la actitud, ya sea de placer o desagrado, de permanencia o rápida huida, de quienes allí nos encontramos.
Así que para impulsarlos al uso adecuado del color en sus espacios, quiero compartirles una valiosa herramienta que constantemente aplico y me ha ayudado a lograr un balance de colores con resultados armónicos y apropiados en los proyectos de interiorismo que he realizado.
Esta fórmula la conozco como “Regla 60/30/10”, la cual es bastante simple y consiste en escoger 3 tonalidades de colores que armonicen entre si y que como su nombre lo dice, se aplica según los valores allí señalados, es decir: 60% del ambiente debe llevar un tono neutro, generalmente muy claro que uso en pisos y en la mayoría de las paredes; luego en un 30% aplico un color vivo y contrastante, el cual llamará la atención de inmediato y sin duda será el protagonista del espacio, este tono usualmente podemos verlo aplicado en la pared principal de la sala, en cortinas y hasta en algunas piezas del mobiliario o cuadros.
Por último y no menos importante, destino el 10% del ambiente, a ese tono de temporada que con frecuencia gusta por ser muy visto y usado, lo empleo en objetos móviles, ligeros y poco voluminosos, tales como accesorios, acentos y pequeñas piezas de arte. Como recomendación general puedo sugerirles evitar la mezcla de mas de 3 colores vivos en un mismo espacio o de sentir dudas, buscar el apoyo y la asesoría de un profesional en el área.
No puedo negar que un ambiente impregnado de blanco puro nos dará serenidad, amplitud, elegancia y que acompañado de otros elementos claves, no nos defraudará, pero será mucho más halagador, satisfactorio, vibrante y divertido aplicar la técnica que hoy les he compartido.
Arq. Xiorela Quintero (AXQ S.A.)
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